¿Aprietas los dientes durante el día o la noche? O ¿Los rozas de forma involuntaria haciéndolos sonar de manera incómoda y a veces dolorosa? Si es así, es muy probable que sufras de bruxismo.
Una cuestión involuntaria
El bruxismo es una parafunción, es decir, una acción del sistema de masticación que no cumple un propósito funcional, así como morderse los labios, la lengua o el interior de las mejillas.
El bruxismo es una acción involuntaria, que se presenta de día o de noche, pero que durante el sueño se torna más grave ya que la persona no es consciente de lo que está haciendo y, por lo tanto, no tiene el control sobre esta acción.
¿Por qué?
No se conocen las causas exactas del bruxismo pero, por lo general, se le vincula al estrés, aunque los especialistas también los señalan que puede deberse a:
1. Posturas o posiciones incorrectas.
2. Malos hábitos de sueño.
3. Mordedura anormal o alineación inadecuada los dientes.
Consecuencias
El bruxismo leve puede provocar desgaste en los dientes pero en casos más extremos, los dientes pueden llegar a sensibilizarse en exceso, “soltarse” o sufrir fracturas menores o partir longitudinalmente.
La presión ejercida por el bruxismo afecta toda la boca y posibilita el aumento de la musculatura de la mandíbula en forma de endurecimientos que resultan muy dolorosos, además de generar dificultades para abrir la boca y hacer uso de ella con normalidad.
Insomnio, ansiedad y dolor de cabeza, también se relacionan al padecimiento de bruxismo. Pero existe tratamiento. Éste, normalmente, consiste en el uso de férulas, fabricadas de manera personalizada según la necesidad de cada paciente y las medidas de su boca.
Clínica Everest recomienda corregir este problema para beneficio del paciente, su comodidad y manejo del estrés y ansiedad.