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Los efectos del azúcar en los dientes

El azúcar está presente en muchos alimentos y bebidas y acceder a ellos es muy sencillo tanto para adultos como menores. Además de incentivar la aparición de caries, el azúcar puede dañar de otras muchas formas la salud bucodental, por ello, estar informad@s, es muy importante.

La acción de los ácidos en los dientes

Al consumir alimentos azucarados, refinados, procesados o en forma de hidratos de carbono, se “alimentan” las bacterias en la boca, encargadas de la digestión y que se alimentan de azúcar, produciendo ácidos que dañan el esmalte del diente y provocan caries. Estos ácidos hacen más daño a los dientes durante los primeros 20 minutos después de comer, es por ello que el cepillado luego de conseguir dulces es muy importante para evitar que lo ácidos cumplan su misión.

Eliminar por completo el azúcar de la dieta cotidiana es poco realista. Sin embargo, disminuir su consumo, sumar a la dieta alimentos sanos y mantener una correcta higiene dental, ayudarán a disminuir los efectos negativos provocados por los ácidos.

●      Darse el trabajo de revisar el etiquetado de los alimentos, ayudará a conocer y así, equilibrar, el consumo de azúcar.

●      Evitar el consumo de alimentos azucarados que permanecen en la boca por mucho tiempo, como los caramelos duros y chiclosos.

●      Sustituir jugos o bebidas azucaradas por agua.

●      Sumar a la dieta frutas, verduras, proteínas, granos y lácteos bajos en grasas.

●      Evitar los snacks entre comidas y de necesitarlos optar por quesos, frutas, yogurt o chicles sin azúcar.

La correcta higiene bucodental, la mejor defensa

Lavar los dientes después de cada comida, usar hilo dental y enjuagues para reforzar la limpieza, evitará que restos de comida azucarada quede entre los dientes y aparezca así el temido ácido y las caries.

El cepillado dental es la herramienta más sencilla y económica para combatir los efectos negativos del azúcar en la salud bucodental.

Visitas al dentista

Clínica Everest recomienda visitar al dentista, al menos, 2 veces al año para realizar una revisión de dientes, encías y boca en general, realizar una limpieza profesional y obtener un diagnóstico del estado de los dientes y la necesidad o no de algún tratamiento. Prevenir es mejor que curar.

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